Por: Leo Machado Cuando en mi país latinoamericano experimentamos un apagón de energía eléctrica, no decimos “nos cortaron la electricidad”, ni tampoco decimos “se fue la energía”. Nuestra reacción es clarísima y la expresión que sale de nuestras bocas es contundente: “¡se fué la luz!” Musical y emocionalmente hablando, algo similar, sino igual, sucede cuando perdemos la luz de la inspiración o de la esperanza. En momentos oscuros pareciera que la energía se pierde en...